El frío se queda fuera
No tiene ningún sentido poner la calefacción a tope, engrosar la factura y sentir que aún hace frío en casa. Analízala al milímetro para saber por donde se está escapando el calor. Las filtraciones más frecuentes se localizan en la puerta de entrada (o las de las terrazas) y las ventanas. Reparar desperfectos y sellar las ventanas es una buena forma de comenzar. Hay que revisar techos y paredes detectando los puntos donde exista pérdida de aislamiento térmico. Después, sellar correctamente las ventanas (hay burletes adhesivos muy baratos y fáciles de aplicar) ¿Y si aún así entra el frío? Entonces tendrías que plantearte cambiar el cristal de las ventanas por uno de climalit. Y no te olvides de las cajas de las persianas: hay que sellarlas para evitar que el frío se cuele por ahí.
Un mejor control de la temperatura
Para no pasar frío en casa es básico controlar la temperatura del interior de nuestra vivienda. Si aún no lo tienes, deberías invertir en un termostato que regule una temperatura entre los 20 y los 22 grados por el día, y entre 15 y 17 grados por la noche. Nunca debe haber una diferencia de más de 12 o 13 grados entre nuestra casa y la calle. Por eso, es importante mantener una temperatura ambiente de unos 20 grados en invierno. Si baja demasiado, nos costará mucho más calentar la casa (y no hablamos solo de tiempo, también de consumo).
Más sol en las días en que el tiempo lo permita
Los días son más cortos ahora, por eso es muy importante aprovechar al máximo los beneficios de los rayos del sol. De buena mañana, abre 5 minutos y ventila la casa. No hace falta más. A continuación sube las persianas hasta arriba, retira las cortinas y deja que los rayos del sol, cuando la climatología lo permita, calienten tu casa . Cuando se haga de noche, tendrás que hacer lo contrario para que el calor se quede dentro el máximo tiempo posible. Al arrancar la calefacción abre las puertas y deja que el calor se disipe por todas las zonas de la casa que se usan. Cuando estén listas, cierra las puertas para que se mantengan así hasta la hora de acostaros.
Textiles que abrigan
Además de unas buenas ventanas, o al menos unas que cierren bien, es importante abrigar también la ventana por dentro. Si eres fan de los estores, puedes acompañarlos de unas cortinas más gruesas y cerrarlas al caer la tarde. Las cortinas aíslan mejor las ventanas y hacen que el calor se mantenga dentro de casa. Lana, terciopelo, punto, algodón... Busca siempre tejidos agradables, estilosos y calentitos acorde al estilo de tu casa.
Paredes más calientes
Las paredes orientadas al norte son las más frías. Son las que primero deberías forrar con paneles de madera, tela o corcho. Los libros son un buen aislante también. ¿Querías poner una gran librería en casa? Aprovecha esa pared tan fría para llenarla de libros. En cuanto a las puertas o pasillos, con la moda de abrir los espacios, hemos perdido parte de esa calidez que se conseguía al poder cerrar una puerta. Si es tu caso, procura compartimentar esos espacios con modelos correderos (los hay muy ligeros de cristal). Así al poder cerrar mantendrás a raya al frío.
Un sistema de calefacción que cubra tus necesidades
Dependiendo del tipo de casa y de tus posibilidades económicas será más fácil instalar un tipo u otro de calefacción. Ya sabes que la más ecológica es la calefacción alimentada con energía solar. Relativamente barata y limpia es la calefacción de gas, siempre prestando atención a la caldera y sus revisiones. Los splits pueden ayudar a los que viven en lugar en que la temperatura no baja de los 0 grados, aunque con la subida de los precios de la luz ya no salen tan baratos. Elijas el sistema de calefacción que elijas, se recomienda tener termostatos programables en cada cuarto o estancia, para calentar solo las zonas de la casa en las que vais a estar.
Un suelo que mantenga los pies calentitos
Los suelos de madera hacen de barrera frente al frío y al ruido. Ahora hay pavimentos de madera aptos también para calefacción radiante. Entre las ventajas de este tipo de suelos está que ofrecen climatización por estancias, no resecan el ambiente y no producen variaciones bruscas de temperatura. Los expertos dicen que un suelo radiante consume entre un 10 y un 20% menos de energía con respecto a los radiadores de siempre. Elige siempre un producto biodegradable, natural y renovable con su correspondiente certificado para conseguir un confort sano y respetuoso con el medio ambiente.
Una terraza que se pueda disfrutar todo el año
En verano abierta de par en par, en invierno cerrada, pero sin la sensación de estar encerrados. Existen muchos tipos de cerramiento de terrazas, además del convencional de aluminio, que te permiten disfrutar más de tu espacio exterior sin preocuparte por el frío. Las cortinas de cristal, por ejemplo, son una buena alternativa para contar con un improvisado espacio extra en casa de lectura, estudio, etc. Y todo sin necesidad de cerrar del todo tu terraza.
Fuente: 12/01/2022 habitissimo / Ideas / Decoradores / Qué debe tener una casa para disfrutar del invierno